Galicia, feismo y otras cosas del querer…

Las estructuras inacabadas se deterioran con mayor celeridad desde que son concluidas que una construcción nueva iniciada y rematada siguiendo un calendario lógico.

En Galicia ha sido una práctica habitual en el ambiente particular y, forzadamente, en el ambiente colectivo, por el impacto que tuvo la crisis económica. Así, el acero se queda a la intemperie sin proteger, el hormigón (calculado para permanecer en el interior de las construcciones) expuesto a las inclemencias meteorológicas durante años permitiendo que las filtraciones encuentren hueco por la estructura. Al riesgo de habitar una vivienda cuya estructura se quedó a medio hacer durante años se suman los cambios normativos de construcción, acabados y eficiencia energéticas, que no siempre es posible adaptar.

La Lei do Solo obliga a concluir los trabajos para todos los elementos exteriores y cubiertas. Quien no lo haga se expone a sanciones de hasta 25.000 euros, que se pueden incrementar entre 1.000 y 10.000 euros trimestrales hasta que se acabe la obra. Pero esas sanciones hasta ahora son desconocidas y solo teoría.

Fuente: La Voz de Galicia